domingo, 15 de febrero de 2009

CHARLES BUKOWSKI

Fácil y jugoso, toda su obra es un homenaje al tópico del carpe diem.

La lectura de cualquiera de sus páginas es un bálsamo contra el aburrimiento y la abulia, un escupitajo contra tartufos de todas las épocas, una invitación al intento, un homenaje a la acción.

Sin despegarse de la botella, comenzó escribiendo sus relatos sobre los márgenes de periódicos viejos en hostales de mala muerte. Desde finales de los noventa, mitómanos de todas las nacionalidades le rinden homenaje.

Erguido contra el fracaso del sueño americano, se constituyó inconscientemente en su símbolo cuando en setenta años escasos recorre la distancia entre la miseria y la celebridad.

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